Tell mar

      En el mismo momento que se accede al dúplex, ya se tiene la sensación de estar de vacaciones, los sentidos se suavizan, hay un profundo sentimiento de estar muy bien acogidos, muy bien atendidos, muy cuidados.
Todo tipo de emociones se aprecian al caminar descalzos por el suelo artesanal de barro, atravesar las estancias junto a las puertas de roble antiguo (algunas con más de 150 años), sentarse en algunos de los enormes sillones de seda de la sala para contemplar la chimenea de mármol, con cuadros de Miró y Reig, leer un buen libro desde la terraza (con la mirada perdida entre el mar, la bahía de Sitges y el verde del jardín), merendar o echarse la siesta en la galería, comer alegremente alrededor de la enorme mesa del comedor, acceder a la playa y al hermoso puerto (con sus cafés, restaurantes y barcos) a través de una de las salidas independientes y con acceso directo al jardín de la casa, dormir sobre colchones de Aloe y camas con balustras.
Un hogar, un lugar, un clima, un color, un olor…no hace falta más.
La Costa de Garraf, el litoral meridional de Barcelona, tiene en Sitges una de sus localidades más representativas. La excelente calidad de sus aguas y playas, algunas de ellas con la distinción de calidad “Bandera Azul”, y la proximidad de las montañas la han convertido en un destino privilegiado. Su núcleo urbano también merece una visita. Allí esperan construcciones religiosas como las iglesias de Sant Bartomeu y Santa Tecla.
La Casa de la Vila, edificio neogótico del siglo XIX, y el Palau Maricel, en el que se dan cita elementos medievales, renacentistas y barrocos, son otros de los puntos de interés de la ciudad. La estética modernista de finales del siglo XIX y principios del XX también ha legado a Sitges bellas muestras arquitectónicas, como la casa taller del escritor y pintor Santiago Rusiñol, el Cau Ferrat. Este creador se instaló en Sitges en 1891 e hizo de esta localidad catalana punto de encuentro de intelectuales y artistas, dándole un aire bohemio que aún hoy conserva.
La agenda cultural de Sitges cuenta con importantes encuentros como el Rally Internacional de Coches de Época (de Fiesta de Interés Turístico Nacional), el Festival Internacional de Cine de Cataluña o la celebración del Corpus Christi. Además, el visitante puede aproximarse a la cultura de la zona a través de tres museos. La casa taller de Rusiñol expone, junto a las suyas, obras de El Greco, Zuloaga y Picasso, entre otros. Por su parte, en el Museo Maricel se pueden admirar colecciones de arte Románico, Gótico y una pinacoteca de Arte Moderno. Para profundizar en la sociedad catalana del siglo XIX se debe visitar el Museo Romántico.
Tanto en el casco antiguo como en los puertos y áreas playeras se disponen multitud de restaurantes en los que conocer la gastronomía local. Uno de los platos principales es el xató, elaborado con escarola, bacalao, atún, anchoas y aceitunas, y aderezado con salsa romescu (ñoras asadas, almendras tostadas, ajos, aceite y guindilla). La sepia estofada con patatas y alioli, el guiso de atún o la fideuá son otras de las delicias que se preparan en Sitges. Las denominaciones de origen de Alella, Penedés y Pla de Bages son los vinos recomendados para acompañar estas viandas.

Precios y Disponibilidad.

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